La anunciada llegada de Oasis a Lima me tomó por sorpresa, ya que por estos días solo se habla de las próximas presentaciones de Iron Maiden, Kiss, B-52 y de las posibles llegadas de Depeche Mode, Aerosmith y AC/DC (estos dos últimos grupos están casi casi confirmados para el segundo semestre del año, según fuentes 100% confiables).

La primera vez que escuché sobre este grupo británico fue a fines de 1995 (estaba en primer el ciclo de la universidad), cuando el rock alternativo estaba en su máximo apogeo.

El gusto por este grupo fue inmediato. Tanto así que no tarde en adquirir su segundo disco que sonaba por ese entonces (What's the Story) Morning Glory?) luego de escucharlo por completo una madrugada chupística en Radio doble nueve.

De los 12 temas del CD, casi todos me gustaban, entre ellos "Don't Look Back in Anger", "Some Might Say", "Cast No Shadow", "She's Electric", "Morning Glory" y "Champagne Supernova".

Creo que la presentación en Lima de Oasis (el 30 de abril en el Estadio Nacional) es el máximo logro de un empresario musical que trae grupos al Perú por varias razones: Es una banda que está en plena actividad (su último disco lo sacó a fines del año pasado destacando el tema "I’m Outta Time", una bellísima balada); es un grupo que llena estadios (es impresionante ver cómo la gente corea sus canciones); tiene más de 10 temas que han sido números uno en Gran Bretaña y Estados Unidos, y, finalmente, tiene cuerda como para seguir produciendo unos 20 años más.

Hablamos de un súper grupo señores que llenará el Nacional como lo hizo Soda Stereo. Allí nos vemos. Estaré en la sección Supersonic.